“El discurso de Kicillof fue la sinfonía de excusas de quien mira para otro lado ante los problemas de los vecinos”, opinó el legislador marplatense.
El jefe del bloque de diputados de Juntos por el Cambio en la Cámara baja bonaerense, Maximiliano Abad, se refirió en términos muy críticos al discurso del gobernador Axel Kicillof ante la Asamblea Legislativa.
Abad consideró que el Ejecutivo provincial “volvió a desperdiciar la oportunidad de hablarle con sinceridad a los vecinos de la Provincia y explicarles cuál es su plan de gobierno en materia de reactivación económica, educación, salud, seguridad, y los demás temas de fondo que están sin rumbo desde que asumió”, dijo.
Sobre el enfoque del discurso de Kicillof, el legislador radical afirmó: “Desde el comienzo volvió echar culpas a los 4 años que lo precedieron, pero Kicillof ya va por el tercer discurso de apertura de sesiones, quizá ya es hora de empezar con el balance de su gobierno y hacerse cargo. En lugar de eso, siguió la misma línea que el Presidente ayer en el Congreso Nacional: datos aislados y arbitrarios, pocos argumentos, nula autocrítica y un vacío total respecto del futuro de la Provincia”.
“Coincidimos con el Gobernador cuando dice que gobernar es generar empleo. Frente a la tasa actual de pobreza y desempleo le pedimos, precisamente, que empiece a gobernar, pero en su discurso, se empeñó en convencernos de que está llevando una gestión exitosa. Sólo le faltó decir que la inseguridad es una sensación”, apuntó Abad.
Y agregó: “Cada apertura de sesiones tenemos la expectativa de escuchar un programa de gobierno y un análisis de la gestión, pero cuando escuchamos una defensa sin autocrítica a una campaña de vacunación que fue lenta, tardía y corrupta, y en el marco de una pandemia que se llevó la vida de casi 125 mil argentinos y argentinas, es difícil mantener esas expectativas”.
Abad fue muy enfático en cuanto a la cuestión educativa: “el Gobernador festejó la vuelta a la presencialidad en la educación. La misma presencialidad que él mismo prohibió durante dos largos años dañando seriamente la calidad educativa y generando una deserción récord, porque la política educativo-sanitaria en estos dos años fue muy concreta: cerrar las escuelas. Sobre las consecuencias que tendrá eso en las próximas décadas, no dijo una sola palabra. La energía de Kicillof al hablar de educación es inversamente proporcional al esfuerzo que hizo por recuperar a los chicos que dejaron la escuela y asegurar la conectividad en los barrios vulnerables.”
Finalmente, analizó desde lo político el largo discurso de Kicillof: “Habló de las grietas y de la necesidad de gobernar más allá de ellas. Sería fundamental, también, que termine con las internas permanentes con el Gobierno Nacional y brinde seguridad, educación y salud de calidad a los bonaerenses. También que se brinde al diálogo político, con una agenda precisa y enmarcada en el respeto a la República, para dejar de lado las promesas insustanciales y los discursos altisonantes sin programa ni proyecto de gobierno”.